jueves, 30 de junio de 2011

Ahí va eso ... "Yira, yira"

A ver si después de entender lo que sigue, oyendo cantar a Carlitos, no se pone uno pimplar hasta mamarse, bien mamao:

Cuando la suerte qu'es grela (= puta, mugre, suciedad)
fayando y fayando (=fracasando)
te largue parao... (= echar fuera)
Cuando estés bien en la vía,
sin rumbo, desesperao...
Cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol...

Cuando rajés los tamangos (=destrozar los zapatos)
buscando este mango (=peso, dinero)
que te haga morfar... (=comer)
La indiferencia del mundo
que es sordo y es mudo
recién sentirás.

Verás que todo es mentira
verás que nada es amor
que al mundo nada le importa
Yira... Yira...

Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.

Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao,
después de cinchar, (=trabajar, esforzarse)
lo mismo que a mí...
Cuando manyés que a tu lado (=darse cuenta)
se prueban la ropa
que vas a dejar...
te acordarás de este otario (=tonto, cándido)
que un día, cansado,
se puso a ladrar.





Y si quieren tener la "carne de gallina", pinchen aquí: http://youtu.be/9Yuff1_2Ju4

miércoles, 29 de junio de 2011

Mi doctorando (al fin) lee la tesis...

Preparense porque esta entrada "manda huevos" ...
Hace como seis años un desconocido me pide que le dirija la tesis doctoral; por supuesto, yo le dije que comenzara a trabajar en un tema que, en aquel momento estaba siendo iniciado por otra persona, y ya veríamos si podía comprometerme yo a convertirlo en doctor o no.

Ay,ay, ay! qué error cometí; como siempre, me implico demasiado con las personas; creo lazos afectivos, de confianza, de amistad, etc. Al poco tiempo, resultó evidente que convertir en doctor a mi "posible doctorando" no iba a resultar sencillo. Efectivamente, tenía toda la voluntad del mundo, era fajado, lo que le encomendabas intentaba hacerlo; pero, ay, no he visto a nadie con menos talento para la investigación científica.

No creo que mi doctorando llegase jamás a entender en qué consistía exactamente lo que tenía que hacer. Eso sí, aprendió a manejar bien LaTeX. Era un incansable buscador de nuevos artículos y referencias relacionadas con sus tema de trabajo que, por cierto, nunca llegó a leer más allá del resumen.

Pues bien, después de años de denodado trabajo. Cada nueva publicación había de corregírsela concienzudamente. El temo de tesis me lo he tenido que leer página a página enmendando errores e insertando alguna "sustancia" donde sólo había "refritos" de otros trabajos mal digeridos. Como digo, fueron necesarias diez versiones de un artículo para que fuera "aceptado" en una revista de cierta categoría.revisión en una revista de cierta categoría. Y ahora, cinco versiones más para tener un nuevo artículo decente que siguiera las recomendaciones de los revisores.

Pues bien, después de este ímprobo esfuerzo para formarlo mínimamente, le insinúo que la tesis que va a leer es "regalada" y me salta diciendo que "a qué me refiero". En fin, la historia se vuelve a repetir, una vez que les has dado casi hecho el material que les permitirá conseguir realizar sus deseos: ser doctores, no sólo olvidan toda la ayuda, sin la cual no hubieran conseguido nada, sino que se convierten en tus mayores enemigos.

Este doctorando no es tan bueno como la otra ingrata. Así que, una vez que lea su tesis doctoral mañana y consiga, al fin, lo que tanto trabajo le costó, creerá que los conseguido es fruto únicamente de su esfuerzo y que no debe nada a nadie. En su pecado llevará la mayor penitencia: jamás conseguirá una publicación buena más del tema de la tesis que ahora va a presentar. Con la última publicación conjunta que, sin duda, será finalmente aceptada se acabó el tema de tesis y una línea de investigación que podría haberle reportado unos mínimos resultados consecuencia del extenuante trabajo que tuvo que realizar durante casi siete años.

Como en una fábula de la La Fontaine, terminaré diciendo: "quien intenta enseñar buena filosofía a quienes no tienen el talento necesario para crearla termina, en el mejor de los casos, ninguneado y quizás odiado como el "opresor" que les impidió llegar a reconocerse como genios".

miércoles, 22 de junio de 2011

Si las copas traen consuelo...

Aquí estoy otra vez, añadiendo una nueva entrada a este absurdo blog que nadie sigue.

El caso que hoy nos ocupa es el siguiente: mi amor resultó ser una zorra.

Pero no es tan fácil … quiá! La cosa no es, era una zorra, gracias que me dí cuenta a tiempo, estuve apunto de cometer el error de mi vida, de ser la “perra de su cama” --Sic Miguel Bosé; pero, afortunadamente, un segundo antes de entregarle mi vida entera, de darle el hijo que ella decía que quería y que yo también deseaba, pensé: en esta relación, hasta ahora, lo he puesto yo todo ¿por qué no probar hasta donde estaría dispuesta a llegar? ¿abandonaría su supuesta “seguridad”?¿vendría a vivir conmigo sin importarle el futuro?¿sería una esposa al fin?

En honor a la verdad, tengo que aceptar que mi comportamiento dejó mucho que desear; no fue precisamente claro, pero cómo podía comprometerme con ella para siempre sin tener una mínima base sobre la que comenzar nuestra vida en común.

Mi familia jamás la aceptaría; de mis hijos, mejor olvidarme: el mejor comentario de mi hijo, cuando vió una vez su foto: ¿quién es esa mujer? (sonando como a “cómo puedes tú relacionarte con esa mujer”).

Bien, acepto haber sido cobarde y no haber tenido el valor de enfrentarme a todos, y haciendo valer mi amor por ella, romper con todos y quedarme esperando el día en que ella decidiera venirse a vivir conmigo. Lo siento, no soy el héroe que fuera capaz de esperar en soledad su sacrificio: renunciar a su posición para comenzar conmigo una nueva andadura de futuro incierto.

Pero, ¿es posible que en menos de un mes desde que rompimos esté babeando con un antiguo pretendiente? ¿que haya olvidado lo que fuimos el uno para el otro y esté deseando ser poseída por un individuo del que ahora se siente locamente enamorada, después de entregarse a mí con “toda su alma”?

Supongo que a estas alturas de mi vida, después de todas las experiencias vividas; después de haber sido víctima de un engaño durante casi siete años, debería sentirme, al fin, liberado y feliz por no haber llegado hasta el final y, posiblemente, haber cometido el error de mi vida.

Pero, de pronto, por casualidad, escucho el viejo tango: “si su amor fue flor de un día, por qué causa es siempre mía esta cruel preocupación ...Nostalgias de escuchar su risa loca y sentir junto a mi boca como un fuego su respiracion... quiero por los dos mi copa alzar para olvidar mi obstinacion, y mas la vuelvo a recordar”

Recuerdo la noche estrellada de San Rafael de Mucuchíes, donde abrazados, bajo las estrellas nos declaramos amor eterno, y ahora, sigue sonando el tango: “ Llora mi alma de fantoche sola y triste en esta noche, noche negra y sin estrellas”.

Hasta las estrellas parecen haberme abandonado en esta noche triste. Quizás el resto de mi vida esté condenado a recordar el amor-verdad que no pudo ser. En esta noche infame, incluso, perdonaría lo innombrable. No creo haber caído máś bajo jamás en mi vida y todo por el amor de una mujer que está en brazos de otro hombre, que la quiere, y al que ella, sin duda, quiere. Mujer a la que yo no supe retener, pero a la que, a mi manera, amé y estuve a punto de entregarme... como jamás a ninguna otra lo hice.

“Si las copas traen consuelo, aqui estoy con mi desvelo para ahogarlo de una vez”.